1982 – Iron Maiden, MSG, Hughes and Thrall, Judas Priest, Accept, Black Sabbath…

Artículo de Rockberto.

1982 fue otro gran año para el hard and heavy con multitud de lanzamientos interesantes, pero vamos antes a colocarnos en el tiempo para ver qué pasó ese año en el mundo y en nuestro país.

En enero de se promulgan los estatutos de autonomía de Asturias, Andalucía y Cantabria, prosiguiendo con el proceso de descentralización del estado.

Este año fue en el que se vio la reapertura de las cuevas de Altamira al público.

Dinamarca aprueba por referendum su salida de la Comunidad Económica Europea.

El 14 de marzo Metallica ofrecen su primer concierto y cinco días después fallece Randy Rhoads en accidente de avión, mítico guitarra de Ozzy Osbourne y de unos primigenios Quiet Riot.

En abril Argentina toma las Islas Malvinas lo cual desemboca en una guerra contra Gran Bretaña.

España es miembro de la OTAN en Mayo.

En este año se celebra el Mundial de fútbol de España en el que vence Italia en la final a Alemania por 3-1. España desempeñó un flojo papel, siendo muy benevolente.

En España la policía desmantela un intento de golpe de estado.

Gabriel García Márquez recibe el Nobel de literatura este mismo año.

En Octubre, Felipe González llega a Moncloa tras ganar las elecciones generales.

Este es también el año de lanzamiento del disco más vendido de la historia de la música, «Thriller» de Michael Jackson.

Y pasemos ya de una vez a lo que nos importa, que no es sino la música.

En este año 82 nacieron para el rock bandas tan recomendables como Corrosion of Conformity que más adelante nos iban a regalar uno de los discos definitivos del Metal, el maravilloso «Wiseblood».

Echaban también a andar los Carnivore de Pete Steele, embrión de lo que más tarde serían Type O Negative.

Armored Saint iniciaban su carrera también con uno de los cantantes definitivos del Metal que en los 90 militó en Anthrax, John Bush.

Después de su estupenda etapa en Black Sabbath, Ronnie James Dio emprendía una carrera en solitario como Dio que le encumbró a las cimas más altas en la escena metálica.

En Europa también se movía el buen rock and roll y en ese contexto nació Warlock, que nos dio a una de las cantantes definitivas de nuestra música, con una voz que hasta hace poco les estaba reservada a los hombres. Su nombre, Doro Pesch.

En Norte América un tipo llamado Blackie Lawless dio a luz a uno de esos grupos que marcaron a una generación por su derrochadora energía, WASP.

La producción de discos de rock de este año fue monumental, por lo que pasemos a echarles un vistazo.

Empezamos con uno de los álbumes que más marcó a una generación, el antológico «Restless and wild» de los germanos Accept. Impresionante colección de temas adornados por la «angelical» voz de Udo Dirksneider y unas guitarras afiladisimas que no dejaban títere con cabeza. ‘Fast as a shark» es considerada por algunos la primera canción Thrash de la historia.

Otro de los higlights del año se produjo con la publicación del nuevo disco del MSG, «Assault attack», para el que Schenker reclutó a Graham Bonnet que venía rebotado de Rainbow, aunque entre medias publicó un disco como solista. Esta resultó una unión muy poco duradera ya que en el primer concierto de la gira Bonnet salió del grupo, volviendo al redil Gary Barden. Para el recuerdo quedaron «Assault attack», «Dancer» o «Samurai», en las que el trabajo, tanto de Michael cómo de Bonnet, resultó excelso.

Black Sabbath se volvían a embarcar en un disco en directo, esta vez con Ronnie. El resultado, «Live Evil», un Maravilloso resumen de toda su carrera en la que podemos oír cómo se desenvolvía Dio con las canciones que había popularizado Ozzy. La mezcla de este disco fue la manzana de la discordia de la que resultó la escisión de Ronnie James Dio de la banda, así como la del batería Vinnie Appice. A destacar del disco, además de la música, evidentemente, la cuidada portada y el art work. Toda una obra de arte para un disco enorme.

Aerosmith publicaban «Rock in a hard place» sólo unos años antes de pegar el pelotazo definitivo, aunque ya eran muy grandes. Este fue el único disco en la historia de Aerosmith en el que no tocó Joe Perry que había salido del grupo en 1979. 

Los siempre «malditos» Anvil publicaban su obra cumbre según muchos, «Metal o metal». El caso es que los canadienses nunca salieron de esa segunda división, a pesar de ser una influencia básica en grupos mucho más grandes como Metallica.

Gary Moore, después de G Force publicaba bajo su propio nombre el fantástico «Corridors of power», demostrando que se encontraba en el top de los guitarristas en ese momento. Como curiosidad, el álbum contiene una versión de «Wishing Well» de Free y en ella hizo voces junto a Moore, Jack Bruce de Cream.

Ian Gillan seguía cultivando su carrera en solitario con su disco «Magic». Como curiosidad, hay que comentar que en el dísco tocaba el que ahora es guitarrista de Iron Maiden, Janick Gers.

Otro Purple, Glenn Hughes unía sus fuerzas con un extraordinario guitarrista, Pat Thrall, en el super dúo Hughes/Thrall que nos dejó un estupendo disco homónimo.

Iron Maiden estrenaban cantante, Bruce Dickinson, proviniemte de Samson. Su primera colaboración con Steve Harris y compañía fue, sin duda, el mejor disco de la banda, «The number of the beast», en el que podemos encontrar, además del tema que da título al disco, el single que les puso definitivamente en el top de los grupos de heavy, «Run to the hills». Sus shows se fueron sofisticando hasta el punto de ser una  de las bandas que más cuidaba los aspectos extra musicales.

Después de la pequeña decepción que supuso su anterior trabajo, «Point of entry», Judas Priest publicaban uno de sus mejores discos, «Screaming for vengeance», con el que volvían al primer plano.

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