“Déjate seducir por el Embrujo”
Crítica escrita por Crom
Luís Massot creó su Reino de Taifa hace ya casi 20 años, pero yo no fue hasta su segundo álbum «Alhambra» que comencé a escucharlos, ya con Antonio Medina a la batería. Cuatro años después, ya caí rendido a la personal mezcla de sonidos que proponía la banda: Rock y Metal, música Andalusí y Flamenco, en el genial «Despertando el Silencio» del 2008. Pero es que TAIFA no es una banda de Rock Andaluz convencional, y no lo digo porque la formación sea de Mallorca, eso da igual, sino porque su música tiene profundas raíces árabes y Massot siempre ha buscado la fuente, usando todo tipo de instrumentos: seguriya eléctrica, laúd, darbuka,.. y grabando estos con los músicos en sus ciudades natales, como Marruecos. Recuerdo que escuché bastante ese disco y me gustó, pero no me atreví a reseñarlo; en su lugar, hice una entrevista a Luís. De eso hace 4 años y aún recuerdo todas las cosas que descubrí con este gran artista, a día de hoy sigue siendo de las más interesantes que he tenido el privilegio de hacer.
Ahora, ha caído su nuevo trabajo en mis manos, Embrujo, editado por Rock Estatal, y me asaltan los mismos miedos a la hora de abordar su reseña. En este nuevo álbum, hay un cambio en la formación, Miguel Maya a la guitarra, que hace un trabajo sensacional, y es coautor de la única canción que no compone Luís en su totalidad, la pista 9. Las composiciones de TAIFA son bastante complejas en lo musical, esa fusión de estilos desconcierta al neófito (yo mismo), porque una canción puede iniciarse al más estilo Heavy Metal para, a continuación, incluir unas palmas flamencas y arrancar por una soleá o bulería, y terminar confluyendo en seductores ritmos arabescos. Además, se emplean instrumentos étnicos de lo más variado, junto a la tradicional guitarra eléctrica, también española, piano, la batería más aguerrida con la modesta percusión de una darbuka… pero, ¿sabes lo mejor? Que todo encaja y suena genial.
La producción es uno de los puntos fuertes de Embrujo, no puede ser de otra manera si quieres que el conjunto funcione. Si tienes unos buenos cascos, te recomiendo que le des un par de escuchas con ellos, es la única forma de disfrutar plenamente de toda la instrumentación. Grabación, mezcla y remasterización en los Psychosomatic Recording Studio (Mallorca); los instrumentos étnicos se han grabado, además, en distintas localizaciones: Tetuán, Tánger (Orquesta Abnae wa banat Ziryab), Marbella e India. El resultado es… Fantástico! Los textos son otra de las señas de identidad de Taifa, rebosan poesía, transmiten belleza; busca entre sus versos la historia, el mensaje. Así que, después de todo este preámbulo, ¿quién dijo miedo?
No me voy a extender hablando de los temas porque la fusión de estilos, instrumentos y sonidos es tan amplia, que analizar al detalle solo una canción, ya me daría para una reseña completa. Así que solo voy a dar mis impresiones generales sobre sus cortes; es un álbum que tienes que paladear y descubrir tú, porque no se parece a nada que hayas oido. Uno de esos instrumentos étnicos que no me atrevo a identificar es el inicio de El dueño del Tiempo, que al poco explota con una poderosa base rítmica (la batería de Antonio Medina omnipresente a lo largo del disco), gruesos riffs de guitarra, palmas flamencas y ese timbre reconocible de Massot, cálido y vibrante, que es el emblema de la banda. A mi me encanta Libre para soñar, con un perfil vocal más flamenco, una base instrumental potente y energética, alegre, de las que invita a moverte, y una de las primeras (habrá más) muestras del buen hacer de Miguel Maya a las seis cuerdas. Es perfecta como single, además del tema escogido como vídeo, escúchalo porque este corte es muy representativo de la amalgama de influencias que tan bien combina TAIFA.
¿Qué puedo decir de Tetuán? Es un bello tributo a esa hermosa ciudad del norte de Marruecos, cerca de Ceuta, y una perfecta mezcla de elementos de las dos culturas, árabe y española, en instrumentos y voces, con Hanna Touk a la voz adalusí. Déjate llevar y no te preocupes por el agua, es Tan solo la Lluvia; pero es mucho más, hay tanto feeling en ese estribillo: “Siento, que la lluvia venció mi desaliento, y puedo empezar, sin sufrimiento, a abrazar el don eterno de mi despertar”. Es la canción melódica del álbum.
Más ligera suena Escrito en la Piel, toda una declaración de intenciones que se pone de manifiesto en su estribillo. Qué rica esa guitarra flamenca de Juan Delola y el contrapunto melódico de la eléctrica! ¿Cómo se combina un inicio de instrumental andalusí, con unos riffs doom a lo Black Sabbath y una voz rebosante de arte flamenco? Yo no lo sé, pero TAIFA lo consigue en Crepúsculo de Perdón. Pegadizos y con sabor son los riffs de Rumbo incierto; ritmos arabescos y textos imperdibles pueblan otra de mis favoritas del álbum, Rock Andaluz con raíces.
A golpe de saeta arranca Caravana de la vida; el abanico de recursos musicales de que dispone la banda no parece tener fin, y la alquimia que obra Luis Massot combinándolos, está al alcance de muy pocos. Escucha esas melodías de guitarra eléctrica hacia el final y el sorpresivo final de “tablao flamenco”. Y de nuevo la veta más rockera se muestra en Imaginar, con unas buenas melodías de guitarra salpimentadas de influencias arabescas. Llegamos al final con un tema intenso y lleno de sabores, Un extraño Sentimiento es un grito de libertad, potentes riffs, cambios de ritmo y el mejor solo de guitarra del álbum, dejando el disco en lo más alto. No hay un corte prescindible en este Embrujo.
La música es parte indisoluble de mi ser desde hace más de 30 años, y casi desde el principio que descubrí que “Mi rollo era el Rock”, aprendí a no limitarme a oírla, ni tan siquiera escucharla, sino a sentirla. Hay discos, bandas, que me despiertan emociones que poco tienen que ver con aspectos puramente objetivos y cuantificables; he aprendido a dejarme llevar y expresar lo que siento sin sentir vergüenza. Son cosas que trae la edad, supongo, o solo ser sincero con uno mismo. Este Embrujo me trae aromas que atrapan el momento, a jazmín, almizcle, yerbabuena y azahar; a tierra mojada por la lluvia, agua que limpia mi alma y que, por un momento, me hace creer que otra realidad es posible, una donde el odio no tenga lugar. Porque, si dos culturas en apariencia tan distantes, casi irreconciliables, son capaces de darse la mano a través de notas musicales, en lugar de intentar «tender puentes”, quizás sea hora de dejar que hablen los músicos y no los políticos; usar los escenarios para unir, y no los púlpitos de los templos para separar. Al menos, hay una forma de poder comunicarnos todos que escapó de la Torre de Babel: LA MÚSICA.
TAIFA ha conseguido tejer una alfombra mágica con diez composiciones cosidas sin que apenas se vean las costuras, es un derroche de creatividad y arte; así que sube, vuela, disfruta de su Embrujo y cuéntame qué sensaciones despierta en ti.
Nota: 9/10
Canciones
1. El dueño del tiempo
2. Libre para soñar
3. Tetuán
4. Tan solo la lluvia
5. Escrito en la Piel
6. Crepúsculo de perdón
7. Rumbo incierto
8. Caravana de la vida
9. Imaginar
10. Un extraño sentimiento
Taifa
Luis Massot: Voz, Bajo
Miguel Maya: Guitarra
Antonio Medina: Batería
Escrito por Crom