Llegan al final saliendo por la puerta grande.
Amigos de Dioses del Metal, esta guerra de trincheras no hace prisioneros y aquí traigo una banda que ha decidido marchar a la retaguardia y salir de la zona de combate. Desde Milán (Italia) Adramelch con su cuarto y último trabajo titulado Opus, aunque me gustaría aplicar aquí el sabio refranero español, “nunca digas de esta agua no beberé…”, nunca se sabe…
El próximo 22 de mayo será lanzado a través de Pure Prog Records, una división de Pure Steel Records y los coleccionistas de lo añejo podrán tenerlo en vinilo, además de en formato cd. Así queda claro que el estilo general con el que podemos etiquetarlos es el de Progresivo. Ésta es la primera vez que utilizan a un productor profesional, Guido Block y eso se nota muchísimo porque esto suena genial, pulcro, nítido y pulido a más no poder. Fue grabado en los estudios Lo Studio en Milán y masterizado en Estudios Newsln por Luigi Stefanini y cuenta con la intervención en cuatro canciones de dos contrastados cantantes invitados, el mismo Block y Simona Aileen Pala.
Dos aspectos a destacar de este Opus. Primero que es el punto y final de la irregular carrera discográfica de Adramelch, veinticinco años en escena con Irae Melanox (1988), Broken History (2005) y Lights From Oblivion (2012) y por otro, que nos encontramos ante el mejor trabajo de todos ellos, con el que creo que serán recordados por sus seguidores. Es una joya de doce temas y poco más de sesenta y seis minutos donde la atmósfera reinante es de madurez compositiva e intimismo con cortes rebosantes de matices, como en la musical Black Mirror, con un estribillo a pleno pulmón por parte de Vittorio.
Todo fluye pausado como el agua en un meandro de río y más si cabe en Long Live The Son, con otra estrofa de las que apabullan por todo el sentimiento que tramite así como esos acordes de seis cuerdas tan pausados y sentidos. Pero también hay que comentar tanto los desorbitados arreglos como la portentosa y versátil voz de Vittorio Ballerio, pero siempre intentado enlazar con su pasado, es decir, hay complejidad añadida pero tamizada por la experiencia. Pride pone algo de Hard, bien mezclado con lo oído hasta ahora pero sin alejarse de esa sensación de relajación auditiva, a lo que contribuyen unos teclados y arreglos muy presentes combinados con seis cuerdas plenas de armonía.
En tonos verde oliva el laberinto de la última entrega de Alien se expone como portada, o eso me parece, con un huevo levitando. No es que me diga gran cosa, ahí está y punto. Más cosas siento con su apuesta musical. Mucha melodía como principal protagonista en la tierna Northern Lights, bellas guitarras, con gran presencia y hasta pesadas, teclados de relleno, batería poderosa y prodigiosas voces, de esas que engalanan con encanto las canciones. Hay temas para pasear por entre un bosque al atardecer, otros que huelen a mar, frescos y algunos más cañeros al estilo de Only By Pain en el sentido metafórico de la palabra, porque todo suena muy dulcificado que no meloso, aunque A Neverending Rise o la más oscura Fate roza este adjetivo con generosidad.
Otro enfoque hay en Ostinato, instrumental en plan viaje en montaña rusa de melodías y ritmos. Así, para mi gusto, con la lenta As The Shadows Fall o la exuberante Forgotten Words mi fragua me pide ya algo más de tralla y eso que el estribillo tiene un buen toque épico y las guitarras son de lujo. Trodden Doll y Where Do I Belong están concebidas para poner un broche de platino a este trabajo, luminosa la primera y más íntima la segunda, con magistral reparto instrumental ambas.
Este no es un disco para quedarte con un par de temas, porque esta banda concibe sus trabajos como un todo y así hay que valorarlo, como una especie de “Opera de Metal”. Creo que es muy recomendable darle unas escuchas, de esas que las haces con tiempo por delante y relajado, no te dejará indiferente. Es compacto y está bien hecho por lo que la media de mis variables a puntuar sale de 8 puntos sobre diez. Un saludo de acero a todos.
Canciones
1. Black Mirror
2. Long Live The Son
3. Pride
4. Northern Lights
5. Only By Pain
6. A Neverending Rise
7. Fate
8. Ostinato
9. As The Shadows Fall
10. Forgotten Words
11. Trodden Doll
12. Where Do I Belong
Componentes
Vittorio Ballerio. Vocalista
Gianluca A. Corona. Guitarra
Fabio Troiani. Guitarra
Sarmax. Bajo
Gualtiero Insalaco. Teclados
Sigfrido Percich. Batería