Aquí yace toda la fuente de imaginación del compositor canadiense, el que entonces fue un disco más se ha ido convirtiendo con los años en su trabajo más representativo. Si te gusta Devin Townsend desde siempre significa que te gusta este disco.
“Terria” es el séptimo álbum de estudio de la carrera de Devin Townsend si unimos todos los proyectos anteriores, pertenece a su propia banda homónima, Devin Townsend, siendo el tercero de los siete que lleva actualmente.
Previo a este lanzamiento de 2001 están “Physicist” de 2000 con un estilo muy parecido a Strapping Young Lad, de hecho los componentes son los mismos, y su “debut” en solitario con “Infinity” en 1998, con el cual hay grandes parecidos. Pero sin embargo, ese ambiente más atmosférico que lo hizo tan popular viene de un poco antes, porque el que se considera como disco debut de Townsend en la música ambiental es sin duda “Biomech”, perteneciente a la banda Ocean Machine, que lanzaron este único álbum en 1997. Como curiosidad, éste mismo disco se remasterizó como un disco más bajo su firma personal, contando con él, ocho discos hasta la fecha actual.
Anteriores a estos trabajos nos encontramos con los dos primeros de Strapping Young Lad, “Heavy As A Really Heavy Thing” de 1995 y “City” de 1997, así como el único de su banda Punky Brüster, “Cooked On Phonics” de 1996.
A parte de compositor, Devin Townsend es uno de los mejores productores del nuevo continente hasta hoy día. Entre las bandas a las que ha servido se encuentran nombres de la talla de Between The Buried And Me, Gwar, The Black Dhalia Murder o Zimmer’s Hole, en los que siempre deja plasmada su “huella” más característica.
Otro factor muy a tener en cuenta de este individuo su sonido de guitarra. Sí, su sonido, porque de algo de lo que está tan orgulloso es de tener su propio estilo y sonido, ese que nadie más puede hacer y que el que lo imite al escucharlo se diga: “eso es igual a Devin Townsend”. Como dijo Tom Scholz (de Boston) en una entrevista: “No es algo de lo que todos puedan estar orgullosos”.
El disco está compuesto de doce temas totales, de los cuales los diez primeros son los que ocupan la temática de “Terria”, un corte extra que redondea el final y otro que se aleja de siquiera ser música, de esos que Townsend metía entre medias sólo él sabe para qué… Este es uno de los casos en los que el conjunto del disco dice más que si queremos desglosar los temas uno por uno. Algunos de ellos están enlazados y el uno sin el otro no significaría nada, como “Down And Under” y “The Fluke”, aunque hay otros casos en los que una sola canción puede ser suficiente para empezar y terminar, como en “Deep Peace”.
La razón por la que es un disco 10 para mí es porque con él consigo centrarme en lo que tengo que hacer en ese momento y es de bastante ayuda para relajarme. En ese campo entran los numerosos momentos instrumentales como en “Mountain” y su momento coreado “uouooouoouooo…”, o en “Earth Day” por poner algunos ejemplos a bote pronto.
El disco comienza con “Olives”, que nos transporta a una escena muy conocida en nuestro país, la de un bar, en la que el cliente pide un Martini y sus respectivas aceitunas bajo una atmósfera de fondo como si estuviéramos en un ambiente rural. El riff final se ensambla con “Mountain” para comenzar la aventura musical en la que el Planeta Tierra es protagonista, aludiendo a las numerosas convenciones mundiales sobre el tema del agujero de la capa de ozono y el deshielo de los polos. Con esa “excusa” el canadiense nos sorprende con este disco y sus letras “reivindicativas” aunque, como es normal, poco entendibles en su mayoría para quien no sea él.
“Earth Day” nuevamente nos habla de la importancia de reciclar para nuestro planeta, toma el control de la canción. En lo musical es el primero de los grandes hits que lleva el disco, con ritmo alegre y llamativo a la par que relajante. El sonido del bombo es lo que más llama la atención dentro del LP debido a su “desconexión” del resto de instrumentos y que parece no cuajar con lo que se ofrece, pero finalmente acaba siendo uno de los elementos que si se quitaran, todo perdería su gracia.
“Deep Peace” es un temazo de principio a fin, con dos partes bien diferenciadas, el comienzo y final y el solo de guitarra con el que la canción va evolucionando musicalmente. El sonido es de lo mejor del panorama por estos años y este tema es el mejor ejemplo para demostrarlo. No puedo expresar con más palabras, hay que escucharlo para entenderlo del todo.
El medio tiempo de casi siete minutos de duración que se ensambla se titula igual que su país de origen, “Canada”. Es una canción dedicada a su pueblo de origen en la que, según él “expresa el clima, el ser de su gente y el respeto que tienen por la naturaleza”, pero por más que la escucho no saco todas esas ideas, pero bueno, si él lo dice, así será. En este corte predominan los coros y el aspecto vocal en su conjunto que, junto a los teclados y sintetizadores de fondo logran un gran ambiente apacible.
“Down And Under” es la instrumental que sirve de enlace entre las dos partes del disco original (sin contar bonus tracks), tiene un aspecto puramente progresivo que va de menos a más y que recuerda a otra instrumental, “Unity”, que sorprendió en el pasado. Le sigue “The Fluke” en la que habla sobre “la suerte” (como su nombre indica) que tuvo de nacer en este mundo, a modo de tributo. Es para mí la mejor canción del disco, el ritmo de batería es lo más llamativo, el estribillo es pegadizo y la producción ayuda a compaginar todos los detalles sin que ninguno sea olvidado.
De ritmo lento y más depresivo nos topamos con “Nobody’s Here” en la que Devin toma el control con la voz y los teclados y piano de Jamie alumbran el camino junto a las notas desiguales del bajo sin trastes de Craig. También de corte progresivo, el solo de guitarra que se desarrolla de fondo en la parte final y el coro del estribillo consiguen salir de ese ambiente depresivo para buscar el lado bueno de las cosas. Pero ahí no termina, los más de nueve minutos de “Tiny Tears” se hacen un poco pesados para el que no esté acostumbrado a la música del canadiense. Pero lo que es cierto es que, aunque no lo parezca, va cambiando la música de fondo a medida que avanza el tiempo, sin cambiar la esencia y ritmo principal. Y otra vez más, como en “Deep Peace”, un solo intermedio de guitarra nos deleita con ese sonido suyo tan característico. Al final se produce un cambio en el ritmo de batería sin cambiar el tempo con el que termina en fade.
“Stagnant” en cambio es una de las canciones más alegres que ha compuesto en su carrera, trata de las cuatro estaciones y de la alegría que supone el cambio de las “estaciones oscuras” (otoño e invierno” a las “más alegres” (primavera y verano). El estribillo es de los mejores y más pegadizos junto al de “Christeen” de su debut en solitario o el de “Slow Me Down” que sacaría dos años más tarde en 2003 en un nuevo proyecto. Aquí los teclados y sintetizadores toman un protagonismo más claro, sin desubicar la guitarra y su tapping en el solo. El final supone el final de la “historia” del disco, por ello se desarrolla a lo grande con todos los elementos al unísono quedando realmente bien.
“Humble” es una de esas “hidden track” que suele meter de vez en cuando para rellenar huecos. En este caso tan solo el comienzo merece la pena, es decir, la parte instrumental de guitarra y bajo hasta que termina con la frase vocal. Porque de ahí al final es un bucle de ruido que no me extraña que la hayan calificado de “canción oculta”, podría haber seguido oculta jeje. Hasta aquí es por lo que considero este disco de 10, ya que es lo que original del lanzamiento.
Al final del mismo nos encontramos con tres canciones “bonus track” que continúan con la temática del disco, pero tan solo una de ellas se compuso al mismo tiempo que el resto, se trata de “Universal”, la primera de ellas. Aunque su sonido está grabado más bajo, sigue la musicalidad de canciones como “The Fluke” o “Stagnant” al estar claramente dividida por dos partes.
Las otras dos canciones en realidad se compusieron antes y una vez compuesto “Terria”, se compuso una letra “acomodada” para introducirlas en las ediciones especiales o japonesa del disco. La primera de ellas por orden de aparición y composición es “Sit In The Mountain”, que ejerce de segunda parte de “Mountain”, al menos en la parte lírica, porque en la música no se parece en nada. Predominan los estribillos pegadizos y las voces de fondo, mientras que “Man” es la más descolocada porque parece ser más una canción extraída de las sesiones de “Physicist” que de este disco.
Por último cabe decir que “Terria” le sirvió de inspiración para grabar “Accelerated Evolution” dos años más tarde y ocho años después el que para mucha gente es el mejor disco de la etapa Project, “Addicted!” y los posteriores discos únicamente ambientales “The Hummer” y la saga “Ghost”.
Puedes escuchar el disco completo a continuación:
Canciones
1. Olives
2. Mountain
3. Earth Day
4. Deep Peace
5. Canada
6. Down And Under
7. The Fluke
8. Nobody’s Here
9. Tiny Tears
10. Stagnant
11. Humble (hidden track)
12. Universal (bonus track)
13. Sit In The Mountain (bonus track)
14. Man (bonus track)
Devin Townsend
Devin Townsend – Voz, guitarra, teclados, samples y ambientación
Jamie Meyer – Teclados y piano
Craig McFarland – Bajo sin trastes
Gene Hoglan – Batería