“Un disco de Metal audaz, yo diría que incluso temerario a veces.”

Crítica escrita por Luishard

Amigos de Dioses del Metal, cuando arribe a tus tímpanos un trabajo como el que nos ocupa, sientas que no te ha llegado a la primera del todo, pero notas la calidad compositiva y compruebas que manejan un sonido distinto a lo que se suele escuchar últimamente en nuestro país, entonces puede que hayas empezado a madurar como oyente. Porque eso es exactamente lo que me ha pasado  cuando le he dado el primer repaso a este Kingdom of Nonsense, que aunque autoproducido, ha visto finalmente la luz gracias a la captación de fondos mediante el crowdfunding.

Es el segundo trabajo de estudio de la banda alicantina Whirlwind Storm,  nacida allá por el 2001 y parte de cuyos miembros son del staff de la web metalcry.com. Editado bajo licencia de Creative Commons, es loable que sus seguidores, actuales y futuros,  puedan descargarlo gratuitamente desde su página web whirlwindstorm.com. y verificar así lo que se expresa en esta reseña, además, claro está, de adquirirlo físicamente. Recuerdo que su primer álbum es Inside the Dark Void en 2009, con una demo en 2006. Se repite muchas veces esta historia, grupos españoles perseverando y luchando desde hace tiempo por hacerse un hueco en la difícil arena del Metal actual. 

Es un disco de muchos temas, 13, y largo, casi 57 minutos, repleto de mensajes en defensa de los derechos, resaltando la lucha callejera, está claro que uno de los temas favoritos de ellos es el compromiso social. Podría suponerse que esto lo reflejan en la portada, toda vez que las piezas más valiosas del ajedrez, negras y blancas, las que mueven los hilos de las partidas, están encerradas en un recinto alambrado asediadas por los insignificantes peones, en un tablero rodeado de llamas. Oscura y sugerente.

Este álbum no es para escucharlo tranquilamente, sentado en tu sofá favorito después de una copiosa comida, porque la peculiar pegada de Heavy que tiene te cortará la digestión, es más bien para que te acompañe en actividades que liberen adrenalina. La variedad impera dentro de cada tema y la homogeneidad en el conjunto. En las pistas se suceden varios cambios de ritmos, desde aquellos que rozan el Power, flirteando con el ligero Metal melódico a medio tiempo, pasando por las contundentes aunque dulcificadas cadencias Thrash hasta los típicos del Heavy Metal. Lo que no hay son baladas para reposar, pero para eso están los tres temas instrumentales.

La base de la mayoría de las canciones la conforman riffs con mucha garra, repetitivos, lo que hace que las melodías no estén muy claras. Digamos que el armazón es una conjunción armoniosa de sonidos, donde todos los instrumentos son protagonistas. Guitarras y teclado van muy de la mano, incluyendo solos de ambos en un festín de mandobles a ver quien gana. Todo está dirigido por una potente y cortante voz, que se mueve en tonos ligeramente rugosos. Jorge Navas interpreta la letra de forma magistral, lanzándote cada frase como un torrente de lava, tan ardiente que podría fundir tu piel de metalero, con las únicas pegas que creo que está, a veces, muy por encima de la base rítmica y que siempre entona de igual manera. Me gustó mucho el apoyo que realiza la voz femenina porque rompe tanta furia y en cuanto a los estribillos, no todos son pegadizos y revienta directos, aspecto que debe mejorarse

Hay tres de cortas instrumentales distribuidas en el álbum, Path of Faith,  Afterlight y Banish from the Light, de sonidos fantásticos y coros,  que sirven para que descansemos de tanta trallazo junto. Las entradas en faena son muy variadas y llamativas, en forma de acordes de guitarra junto a teclados espectaculares, como la pista Voodoo, aunque luego se diluyan un poco según pasen los segundos o con el bajo como protagonista inicial en Shadow of Belief. Todo rebosa fuerza y poder como en Angels Cry, con el vocalista poniendo sus cuerdas vocales al punto de fusión. Tenemos comienzos más épicos, recargados con coros y teclados como en 1939 Theatre of Flames o In the Edge of Destiny, pista que destila marcialidad.

Otros temas tienen ritmos más profundos, muy de cabeceo, como The Carrousel of Death, en el que efectivamente parece estar paseándose la Muerte. Otros son mucho más veloces, tal como se demuestra en Whispers from Nowhere. El resto de propuestas, tres, sigue las pautas antes mencionadas y siempre con los teclados muy presentes e integrados y para mi gusto personal, demasiado protagonistas.

En conjunto, me han recordado a los suecos Soilwork, quizás menos contundentes. Lo que tengo claro es que no es un trabajo para noveles, además, gusta más según le vas dando repasos. Tiene sus carencias lógicas, que seguro pulirán en el próximo,  pero es un disco notable en el estilo que manejan, con 7,5 puntos sobre diez. Un saludo metálico a todos.

Canciones

  1. Path of Faith
  2. Voodoo
  3. Angels Cry
  4. 1939 Theatre of Flames
  5. Afterlight
  6. Shadow of Belief
  7. In the Edge of Destiny
  8. The Carrousel of Death
  9. Whispers from Nowhere
  10. Banish from the Light
  11. Travel Through the Dark
  12. Burning Eyes
  13. Bleeding Heart

Componentes

  • Jorge Navas Alejo. Vocalista
  • Jona Pérez. Guitarra
  • David Casanova Rodríguez. Guitarra
  • Luis Bellés Pajares. Bajo
  • Guillermo Fernández, Teclados
  • Aarón Palomares Armengol. Batería

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