«The Future Past Tour», Estadio Enrique Roca (Murcia), jueves 20 de julio
Crónica: Butch, Fotos: Crom
Las huestes de Bruce Dickinson y ese tío que nos ametralla con el bajo hace ya cuarenta años incluyen a Murcia en su gira FUTURE PAST. Y aunque han estado otras veces por estos lares, esta noche fue completamente diferente; La banda ha adquirido con los años un status de mega estrellas que ni ellos ni nosotros nos podíamos imaginar. Desear sí, creer que ocurriría no. El gancho de Eddie & Co es simplemente estratosférico. De ahí las cerca de 30.000 personas que abarrotaron las gradas y pista del estadio del equipo pimentonero.
Esta crónica es una tragicomedia; Te hablará de momentos gloriosos, como este que acabo de mencionar, donde decenas de miles de metaleros disfrutan de su banda favorita dando un pepinazo de concierto… y otros no tanto, como puede ser el hecho de que el cambio climático definitivamente va a terminar con este tipo de espectáculos en breve. Es complicado disfrutar de un concierto en el Sur de España a las 7 de la tarde. Pienso que quizá alguien pudo comentarle a los Maiden que un buen español del sur, en verano, no saca la cabeza fuera del cascarón antes de las 9 de la noche, que cena a las 11, que saca la silla o se va de cervezas a las 12, y que se acostará a las 2 o 4… Y no es por hedonismo mediterráneo, es que, qué coxxxnes… hace demasiado maldito calor.
Apertura de puertas a las 5pm, un bochorno poderoso, y uno se enorgullece del poder de convocatoria de Iron Maiden. Miles de camisetas, tachuelas, gente de todo tipo, decide que quiere darle otro bofetón a todos los promotores de espectáculos que ningunean al metal. Pues no habrá centenares de giras de “famosos” que apenas meten a X personas pero te los ponen hasta en la ensalada en RRSS, TV, podcasts y demás. Pero al final queda la prueba de verdad… el público que compra la entrada. Y hete aquí que unos sesentones meten a 30.000 personas ellos solitos en un estadio. O Rammstein meten a 50.000. A ver cuando Quevedo o Tangana hacen esto. Qué sería de nuestro metal si además tuviéramos soporte publicitario. Por todo esto no podemos estar más que agradecidos a la gente como Madness Live! Que se juegan el pellejo y sus cuartos para traernos perlas como la de esta noche épica. Que lo fue.
Iniciamos a las 7:30pm la tanda con The Raven Age, combo británico que se han ganado a pulso su puesto en esta gira por su sonido, su puesta en escena, sus canciones, y su relación cercana con Steve Harris. ¿Se echó de menos una banda de apertura con algo más nombre y presencia en la escena metálica? Obviamente sí. Pero esto ya es un tema entre Maiden (Harris especialmente intuyo) y los promotores y managers que les contraten las giras. Y ahí no me meto. Tengo mi opinión, pero aquí se queda en mi entrecejo. Aunque versa sobre términos como “showbiz” claramente. Pero dejando esto a un lado, The Raven Age es una banda digna y curranta.
Porque The Raven Age juegan en casa, pero además es que son simplemente muy buenos. El sonido inicial sale de los bafles algo enlatado con Parasite, pero poco a poco van pillando tablas. No en vano llevan ya desde 2009 produciendo buen heavy metal clásico. Parafernalia cuero negro, muy rockera, con esa grandiosa portada de Blood Omen de fondo, y el saber estar de Matt James y compañía. Nostradamus seguía sonando a través de las ondas calóricas con una cierta falta de potencia, que empezó a enderezarse con el single actual Forgive & Forget. De ahí en adelante ya confiaron más en cortes del Conspiracy, para alegría de los acérrimos. También es verdad que terminaron como un trueno en un campo desfavorable, pues el calor mataba cualquier atisbo de gritar, saltar o desfasar, esas cosas tan metálicas que se hacen en los conciertos. Fleur de Lis cerró y como curiosidad quiero decir que en algún momento de mitad del concierto debieron subirles el volumen y centrar los ajustes en mesa porque el sonido en esta canción, grandísima de por sí, era muy impecable, potentísimo.
Iron Maiden nos regaló un pedazo de concierto absolutamente espectacular. El nivel de excelencia que presentan en solos, en pura profesionalidad, es sencillamente inigualable. Yo tuve la suerte de verlos rodeado de fanáticos que los han visto hasta 16 veces ya unos, 5 otros, y su veredicto fue este:
UN CONCIERTO PARA SIBARITAS DE MAIDEN, CON JOYAS ESCONDIDAS.
Iniciaron el set con CAUGHT SOMEWHERE IN TIME, y tanto el sonido como la puesta en escena era una maravilla. Eché de menos más “show”, entendiendo por show un Eddie gigante, unos aviones de la primera guerra mundial atronando las gradas, etc… como otras veces han hecho, pero intuyo que para ellos en esta gira lo primordial era el sonido, ellos, sus instrumentos. Ya con STRANGER ON A STRANGER LAND tenían al publico en el bolsillo. El calor nos daba un respiro y tocaba disfrutar de Bruce Dickinson con su atuendo apocalíptico que no le ayudó a dejar de sudar. Con WRITING ON THE WALL pudimos comprobar que vaya chorro de voz que se maneja este hombre, como se conserva. Uno entre un millón como frontman.
Sonó también DEATH OF THE CELTS con un enésimo cambio de cortina de fondo, que fue de hecho el único regalo visual que nos hicieron, salvo alguna esporádica aparición de Eddie, un bicho con zancos de unos 3 metros pegando tiros por el escenario. Quizá algo parco todo esto, pero dudo que a nadie de las 30.000 personas les doliera esto en lo más mínimo. Momentazo comercial con CAN I PLAY WITH MADNESS, con los focos de mil colores iluminando Murcia y todo el estadio coreando. Observar a Nicko McBrian aporrear con tanta destreza sus timbales sin ceder nunca (qué maravilla) al doble bombo por que no, por que no quiere, es especial. Este hombre sabe que tocar muy rápido puede ser sinónimo de tapar carencias. HEAVEN CAN WAIT fue recibida con vitores antes de llegar a uno de los momentos cumbres de la noche, que no puede ser otro que la inconmensurable ALEXANDER THE GREAT, con un telón maravilloso de los 300 arrasando a las huestes persas. Momentazo. Pero para momento épico, FEAR OF THE DARK, con Bruce estilo vagabundo en un bosque oscuro… El estadio simplemente se cayó abajo. Este corte se ha convertido en un clásico de sus directos, esperado por todos. Y no defraudó.
Cerraron con IRON MAIDEN, un corte que tiene ya algunos años pero que envejece cada dia mejor. Los guitarras se disfrutaron aquí, el nivel de compenetración con Harris es tan sencillo pero tan complicado… Son DIOSES DEL METAL.
Bises fueron HELL ON EARTH (wow.. vaya elección) y los inenarrables THE TROOPER y WASTED YEARS. Ver a Murray, Smith y Gers traspasarse la batuta de los solos puso como siempre los pelos de punta. Se cerró la noche con un corte de electricidad, del cual Bruce salió con una linterna a decirnos adios todo empapado.
Gracias, MADNESS LIVE! Por hacer una vez más que Murcia esté en el mapa del GRAN RUIDO. Bien es cierto que se echó de menos más de un clásico, yo casi lloro por no escuchar ACES HIGH o RUN TO THE HILLS o FLIGHT OF ICARUS… pero lo que estuvo delante de nuestros ojos fue una banda épica en un momento álgido de su carrera. La maestría sónica hecha realidad sin apenas inmutarse.