Calificación: 8/10 Género: Acción/Comedia/Thriller

“Chica colérica”

Reseña de Christian Dárchez

“Becky” (2020) logró cierta repercusión por aquel año en la que muchos medios la catalogaron como una versión violenta de “Mi pobre angelito” (tal como se la conoció en Latinoamérica a “Home alone”). Si bien algo de cierto había en eso, el film de Cary Murnion remitía mas a los primeros de Adam Wingard (antes de entrar al circuito mainstream y dirigir tanques como “King Kong vs Godzilla”) como “You’re next” (2011) que a aquel clásico de 1990 de Chris Columbus. Aunque en su momento no me había terminado de convencer y hasta me había aburrido un poco, al revisitarlo justamente para ver la secuela que hoy nos ocupa la disfruté un poco mas y entendí del por que es casi una pelicula de culto. Este año inesperadamente llegó su secuela la cual tuvo un estreno muy limitado (ya que tanto su predecesora como esta son filmes independientes) por los cines y por estos días ya se puede conseguir fácil por la web, y debo decir que se trata de una muy buena secuela de aquel film de 2020.

En “The wrath of Becky” tenemos a Becky ya con 16 años y se ha pasado huyendo de un sitio al otro aún afectada por la muerte de su padre a mano de unos neonazis y a los que tuvo que matar, por lo que también se prepara físicamente para poder defenderse. Las cosas se vuelven a complicar cuando Becky se cruza con unos tarados fascistas y con aires de libertarios que no solo invaden su casa sino que también matan a la anciana con la que estaba viviendo sino que también se llevan a su perro Diego. Grueso error. En esta oportunidad la dupla de directores Matt Angel y Suzanne Coote encaminaron la trama para el lado de la acción y el humor negro donde vemos a una Becky mucho mas preparada y creativa a la hora de despachar a los villanos. Y si en la primera tuvimos a Kevin James (“Son como niños” “El guardián del zoológico” y la divertidísima “Yo los declaro marido y Larry”) como villano esta vez le toca el turno a Sean William Scott o mejor conocido por todos como Stifler, aquel idiota y bromista de “American Pie” acá encarna a un psicópata líder supremacista que tiene buenos momentos en la trama, aunque la estrella acá es Lulú Wilson. Su Becky (Que en ningún momento llega a ser una alumna de John Wick…por suerte) está totalmente loca y aunque la pasas bien viéndola matar gente y disfrutarlo mientras lo hace tampoco deja que te encariñes con ella dado lo poco confiable, sádica e inestable que termina siendo su personaje. Tal cual ocurrió en la primera, en esta secuela tiene su buena cuota de sangre y violencia aunque los directores le dan mucho margen a los diálogos como para no irse al carajo con el festival de gore y sangre. En eso se puede decir que encontraron equilibrio. La peli dura lo justo y necesario con apenas 83 minutos tanto Angel como Coote logran una peli redondita que se complementa con la presencia de Jill Larson (“The taking of Deborah Logan” de 2014) Courtney Gains (Del Clasico “Children of the corn” de 1984) y Kate Siegel (Esposa del director Mike Flanagan y figura en “The haunting of hill house” de 2018) que le dan jerarquía al reparto y secundan bien la ascendente Lulú Wilson.

Y así con una secuela a la que yo al menos no pedí ni tampoco pensé que llegaría me terminé llevando una grata sorpresa, ya que se trata de una peli muy divertida. Hace poco Lulú  anunció que hay planes de desarrollo para realizar una tercera película, veremos cual es el rumbo que tanto Angel y Coote (que regresarán para el próximo film) toman para la historia porque sabemos que la tercera película suele ser donde todo se va relativamente al carajo y se arruina todo lo bueno que construyeron con anterioridad. Esperemos que a la desquiciada Becky no le pase eso. Si te gustó la primera seguramente también la disfrutes, tal como lo hice yo!

¡OTRA DE MIS FAVORITAS DE ESTE 2023!

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