«El punto más álgido de su carrera»
Reseña de Sikanda
Alemania – heavy, power metal
Cuando nombras a Blind Guardian quizás el primer disco que se te viene a la cabeza es Imaginattions from the other side. Y es que en 1995 los germanos se situaron en lo más alto con ese cd, que sin duda es una obra maestra. Y quizás, después de ese éxito y de llegar a la cumbre, se atrevieron o se lanzaron a grabar un trabajo temático basado en El Silmarillion, la densa obra de J.R.R. Tolkien, “Nightfall in Middle –Earth” Era el año 1998 y he de decir, como fan confesa de los alemanes que soy… que escuché ese disco hasta casi rallarlo. No había un solo día en el que no escuchara al menos un tema…y es que, desde luego, con él, tocaron su techo.
Además, esa gira de presentación que hicieron de este álbum los trajo a España en octubre y fue la primera vez que tuve la oportunidad de verlos en directo, en Madrid, en la Sala La Riviera, junto a mis hermanos y un amigo. Recuerdo que esa noche, después de haber asistido a algo mágico, no podía ni dormir…pues cada vez que cerraba los ojos evocaba sonidos, momentos, sensaciones… Hansi acababa prácticamente de dejar el bajo en directo y deambulaba por el escenario como alma en pena… pero ningún otro concierto de Blind Guardian ha sido tan especial como ese, y ha habido unos cuantos posteriores.
Es una de las razones que lo hacen épico e inigualable para mí. La temática valiente, la duración, todas las instrumentaciones, todas las intros, el hilo conductor… la espectacular portada de Andreas Marschall con Luthien bailando ante Morgoth para distraerlo. Y por supuesto, temas que ya se han convertido en himnos, que no faltan en sus directos y que se encuentran entre mis favoritos.
Nightfall es el sexto disco en su carrera y es el cénit de un estilo que ya se demostraba en los 2/3 discos anteriores: épica, multitud de coros, orquestaciones, temas poderosos, letras larguísimas y una pareja de guitarristas más que bien avenida con el potente acompañamiento desde el doble bombo de Thomen Stauch … supuso además el primer disco en el que Hansi Kürsch no tocó el bajo, pues se lo cedió a Oliver Holzwarth y que tuvo al teclista Mathias Weisner como músico principal. La producción es sencillamente perfecta.
Una curiosidad de este disco es que apenas se dan nombres de los protagonistas ni hay referencias explícitas a los pasajes a los que se refiere, más allá de nombrar a los Silmarils, las joyas de luz y a Féanor. Y esto es porque Blind Guardian se puso en contacto con los herederos de Tolkien comentándoles la idea que tenían en mente, y la familia no autorizó el uso por lo que los alemanes se las ingeniaron con las letras como pudieron. Y eso que ya habían creado canciones sobre dicha temática, siempre desde el respeto y la admiración.
Lo que encontramos son 22 temas, de los cuales la mitad son pequeñas intros, intermedios, interludios, narraciones… Y el disco comienza con «War of Wrath». Solo quien ha ido a un concierto de los bardos y ha escuchado este corte, que no llega a dos minutos, como inicio del show, sabe todo lo que puede transmitir. Con el ruido de batalla de fondo ya se te ponen los pelos de punta y te ves trasladado a otro mundo. Después, la conversación entre Sauron y Morgoth, con ese “The field it’s lost, everything it’s lost”, el campo se ha perdido, todo está perdido… y esa manera de enganchar con «Into the Storm» que tiene la contundencia y la fuerza de lo mejor del power metal. La voz de Hansi se había ido puliendo con el paso de los años y desde luego en este trabajo ofrece su mejor cara. Empieza en este corte con mucha garra para ir pasando por varios registros. El riff de guitarra principal del tema es puro, limpio y la batería realiza un trabajo excelente, aportando la fuerza que la letra necesita.
La cortita «Lammoth», con el viento soplando y un grito sirve de precedente para uno de mis cortes favoritos del disco…si es que puedo elegir alguno, que es bastante complicado. «Nightfall» es un tema que no falta en sus directos y que posee un aura mágica y especial. Comienza de una manera lenta, suave, muy melódica para ir cogiendo fuerza en algunos momentos y pasar por varios cambios de ritmo. Destaca la labor de la batería en todo el corte, pues supone una base excelente y además va aportando teatralidad. La voz de Hansi aporta diversas tonalidades, tesituras y color. No faltan los coros y las voces dobladas tan características del grupo, que en ocasiones parecen dialogar. Tiene cierto aire medieval o folk que puede recordar a otros temas de su carrera, pero con ese plus de espectacularidad con el que recubrieron todo este disco.
«The Minstrel» es un pequeño tema cantado por Hansi con toque medieval con solo el acompañamiento de la guitarra. Da paso a uno de los cortes más contundentes como es «The Curse of Fëanor», puro speed metal, con un solo vertiginoso de la guitarra y con algún momento más melódico, simbiosis perfecta entre sus dos guitarristas: Marcus Siepen y André Olbrich. Como es habitual en el grupo, destacan los coros y las voces dobladas. Sería el propio Fëanor el que cantaría el tema, con frases tan épicas como toda la esperanza se ha perdido, pero juro venganza. De esa interpretación del artesano de los Silmarils, las voces con las que juega Hansi. Y qué decir de la batería de Thomen Stauch, que lleva el peso del corte y le aporta fuerza y vida. «Captured» solo dura 26 segundos y es una narración donde oímos a Morgoth decirle a su enemigo que ahora es su “invitado” para siempre.
«Blood Tears» tiene ese toque medieval que nos recuerda a canciones como “Mordred’s song” o “A past and future secret”, con esa aura triste, melancólica y unas orquestaciones que le dan ampulosidad.
Después le llega el turno al himno del disco, quizás el tema que más ha trascendido: «Mirror Mirror», un corte con el que tengo sentimientos encontrados, pues durante mucho tiempo cerró sus conciertos…y claro, era sinónimo de final pero que se encuentra entre mis favoritos. Todos los discos anteriores, todo el proceso de evolución culminan en esta canción: es como un resumen de lo que es Blind Guardian, el mejor ejemplo de su música: speed metal y power, coros, voces dobladas, guitarras limpias, solo trabajado, riffs reconocibles, batería potente, un estribillo coreable, una letra larga, un temazo para el directo… Como curiosidad: es el segundo tema de la banda más escuchado en spotify, por detrás solo de “The Bard’s song” y tiene más de 12 millones de escuchas, ahí es nada.
Otra pequeña narración «Face the Truth», con el trinar de los pájaros de fondo habla sobre la maldición que pesa sobre los elfos y da paso a la trágica «Noldor». La temática sigue la línea que ya marcó el interludio que la precede, la profecía que augura su final por el sufrimiento que han causado. Una canción impregnada de tonos oscuros, de tensión, que tiene partes lentas y otras más veloces. Las guitarras parecen un lamento en algunos momentos y la voz de Hansi suena desgarradora en algunas frases mientras que en otras mantiene un tono más neutro.
«Battle of Sudden Flame» no llega al minuto, pero se puede considerar una canción pues tiene música y letra. Un corte juglaresco, de músicos alrededor de una hoguera. Muy musical, con la flauta y la guitarra. Después otro de los trallazos del disco, «Time Stands Still» que nos lleva hasta el centro de la batalla con ritmo de marcha militar y la batería marcando el paso y llevando el peso de la canción con gran maestría. Narra la lucha del señor de los elfos, Fingolfin contra Morgoth. Y en cada nota se destila ese aire de enfrentamiento, con la parte vocal interpretando las voces para que parezca un diálogo entre los combatientes.
Solo 23 segundos para «The Dark Elf» con sonido de lluvia y tormenta. «Thorn» empieza lenta, oscura, misteriosa y con la voz con unos graves como nunca antes le habíamos escuchado a Hansi. De nuevo encontramos un diálogo, en este caso entre Maeglin, un personaje de vida difícil, trágico, infeliz… un elfo hijo y sobrino de reyes que, sin embargo, desafió las prohibiciones y fue capturado por Morgoth, quien le promete todo aquello que desea. La música interpreta esa conversación, con el tono desgarrado y grave de Hansi siendo Maeglin, destilando dolor, la batería profunda y las guitarras más enigmáticas. Se produce un cambio de ritmo cuando habla Morgoth, en una de mis partes favoritas de la canción: “Ven toca la canción de la muerte”.
«The Eldar» en un principio fue la canción que menos me gustó del disco, pero a medida que le he ido dando escuchas, descubres la tristeza, el desgarro, el sentimiento de derrota, todo ello acentuado por el sonido del piano, que, junto a la voz, es el único instrumento que aparece en el tema. Y es que todo aquello que emprendían los elfos, a pesar de su sabiduría e inmortalidad les salía mal.
De nuevo una narración breve, con las gotas de agua cayendo de fondo: «Nom the Wise» en la que Beren hablaría sobre su amigo fallecido Finrod. Dejamos atrás las canciones más melancólicas para volver con fuerza y garra en «When Sorrow Sang», que recupera el tono y la velocidad. El tema de la canción es el amor inmortal y verdadero entre Beren, un hombre y Luthien, una elfa. Pero desde luego la canción no destila romanticismo por ningún lado. Un corte al más puro estilo Blind Guardian, de guitarras espídicas, batería atronadora, juegos de voces…
Estamos llegando al final del disco y parecen dos pequeños fragmentos como son «Out on the Water» que tiene música y «The Steadfast» que es un breve parlamento de Morgoth sintiéndose el amo del mundo.
«A Dark Passage» vuelve a ser un himno de batalla, un himno de celebración de Morgoth que ha conseguido derrotar a todos sus enemigos. Es el malvado el protagonista de la canción, que tiene ese aire de marcha que ya encontrábamos en otros temas de este disco, sobre todo en la parte final del tema. Cambios de ritmo con momentos como más alegres, y otros más oscuros, guitarras destilando virtuosismo, la batería aportando el toque poderoso… Una canción con aires cinematográficos como ninguna otra en el disco.
«Final Chapter» cierra el disco y la historia que los bardos nos han querido contar sobre su visión del Silmarillion. Una voz nos cuenta como Morgoth se ha proclamado amo del mundo, con una letra como de profecía y los relinchos de los caballos en segundo plano. Un broche extraño para este trabajo.
Este disco se remasterizó, como los anteriores en 2007 y la banda decidió añadir “Harvest of sorrow” que incluyeron en “A night at the opera” pues habla de la historia de Turin Turambar, también perteneciente al Silmarillion.
Creo que nunca había escrito una reseña tan larga, pero este disco se la merecía sin duda, por la valentía de Blind Guardian de unir sus pasiones: la literatura épica y la música y ofrecernos un trabajo sobresaliente. He disfrutado escuchando de nuevo cada corte y he recordado porque es un disco 10. Pero, sinceramente y como fan que soy de los germanos…después de este disco, aunque hay buenos temas y trabajos más salvables que otros, ya nada fue igual.
Blind Guardian
Hansi Kürsch : Voz
André Olbrich : Guitarra
Marcus Siepen : Guitarra
Thomas «Thomen» Stauch : Batería
Músicos invitados:
Oliver Holzwarth : Bajo
Mathias Weisner : Teclado
Michael Schüren : Piano
Max Zelzner : Flauta
Norman Eshley y Douglas Fielding : Narradores
Canciones
War of Wrath
Into The Storm
Lammoth
Nightfall
The Minstrel
The Curse of Feanor
Captured
Blood Tears
Mirror, Mirror
Face The Truth
Noldor (Dead Winter Reigns)
Battle of Sudden Flame
Time Stands Still (At The Iron Hill)
The Dark Elf
Thorn
The Eldar
Nom The Wise
When Sorrow Sang
Out on The Water
The Steadfast
A Dark Passage
Final Chapter