Volverme loco es lo mejor que me ha pasado en la vida. ¡Punto para los locos!”

Escrito por crom

“Hace unos años me rompí por completo. Tanto como para que tuvieran que atarme a la cama de un hospital psiquiátrico para evitar que pudiera hacerme daño.”

Esta es solo una parte de la introducción que escribe el mediático Ángel Martín para un libro valiente y personal que ha publicado hace tan solo unos días, y que me ha impactado lo suficiente para animarme a escribir sobre él, en esta web que habla sobre todo de música Rock, pero donde también asoman reseñas de cine, documentales y algunos libros, casi todos de Stephen King… aunque la realidad es a veces más inquietante que la ficción, y la mente guarda más misterios que muchas de esas casas encantadas de las pelis, como descubrirás si te sumerges en las páginas de “Por si las voces vuelven”, libro que me llegó hace apenas dos días. 

Ángel, muchos ya lo conoceréis, es popular sobre todo por su registro cómico, yo lo conocí hace muchos años en el plató de televisión de “Sé lo que hicísteis”; antes y después trabajó de monologuista, escribía guiones… y se inventó formato de informativo exprés, de apenas dos minutos y medio, muy personal, nacido en tiempos de pandemia, que lo peta en redes. Él es un comunicador distinto, muy coloquial y cercano, suelta más tacos que una poligonera pero empatiza con la gente. En sus informativos siempre se despide diciendo “Os quiero mucho, hala, a hacer cosas”, y creo, no, estoy convencido, de que gran parte de esa actitud, de esa necesidad de abrirse y recibir a la gente, de mostrarse al mundo como realmente es, se lo debe a esa experiencia traumática que vivió hace 4 años, ya que Volverse loco fue lo mejor que le pudo pasar en la vida, porque le obligó a reconstruirse y empezar de cero.  Por esa forma especial de ser y contar las cosas, sin filtros, como te las contaría un amigo compartiendo una cerveza, acalorado por momentos si la conversación lo exige, dolido, chistoso, eufórico… por eso y aunque tenía el libro, al ver que al mismo tiempo salía la versión en audiolibro, narrada por él mismo, quise que fuera Ángel quien me lo contara, quise escucharlo con sus voces.

No sé explicarte bien qué es este libro. Tampoco tengo por qué hacerlo, eso debes descubrirlo tú y te animo a que lo hagas, porque además de ameno es breve, se lee en poco más de 4 horas, apto para la nueva generación de “lectores” impacientes, ávidos de contenidos breves en forma de post de redes sociales. Ángel dice que lo escribió para él mismo, por si las voces vuelven, para saber reconocer los síntomas… pero no es así, no del todo al menos. El ejercicio de volver la vista atrás, repasar todos los hechos que le llevaron a tocar fondo, recopilarlos y documentarlos de forma cronológica, puede ser. Pero está escrito con su desenfadada prosa para que lo lean, y escuchen, los que ya lo conocen. Dice también que lo escribe para los que hayan pasado por lo mismo que él, ese infierno de hospitales, medicación y pérdida de identidad posterior, la dura travesía en el desierto y lucha titánica por reconstruir cada uno de esos pedacitos rotos de sí mismo, para que su vivencia personal les ayude. Y es cierto que comprobar que esa desconexión brutal con la realidad también la sufrió un tipo famoso y simpático es, cuanto menos, un gran consuelo. No dice Ángel, y a mi me parece igual de importante, que la visibilidad que le da alguien tan mediático escribiendo sobre esto, puede ayudar a que la gente vea la locura con menos prejuicios, y que el entorno más cercano y no tanto del afectado ya no lo vea como un apestado porque, y simplificando mucho, dirán que a tal o cual persona le ha pasado lo que a Ángel…Y creedme que eso pasa, pasó con la concienciación del cáncer de pecho porque salía en una telenovela, con los que mojaban la cama de niños porque alguien tan querido como Michael Landon lo sufría en una peli. Pasa, y este libro puede servir para que estar loco no sea un estigma y sí una patología de la que te puedes recuperar, con ayuda. 

Pero creo que Ángel tampoco lo escribió pensando en eso, no del todo. Creo que escribió el libro porque, sobre todo, necesitaba contar el infierno por el que pasó, y al verlo escrito saber que todo fue real, pero que al mismo tiempo consiguió dejarlo atrás. Creo que en esa dura travesía se despojó de muchas capas que le impedían ser quien quería ser de verdad, la soberbia quizás una de ellas, como cuando pidió otra habitación al llegar al hospital por ser quien era, y escribir su historia, hacerla pública, es un ejemplo de humildad. Creo que quería contar su historia a esa legión de amigos que le siguen en redes que, quizás por vez primera, lo quieren no (solo) porque les hace reír, sino porque les transmite cercanía y les habla en su lenguaje de las cosas que les importan. Y finalmente creo que lo escribió para compartir con los lectores una experiencia que le podía haber destruido y que, sin embargo, ha servido para que se convierta en un hombre nuevo, en un hombre mejor. Porque, y os adelanto una moraleja personal que yo he extraído de estas líneas, si Ángel se rompió por completo, y ha conseguido renacer y convertirse en alguien mejor de lo que nunca fue, tú, querido lector, que no has tocado fondo pero te quejas de las mil y una pequeñas piedras que te encuentras en el camino, tú no tienes excusa para, como dice el autor, sentarte y buscar momentos de tu vida en los que fuiste feliz, y preguntarte qué es lo que de verdad te impide recuperarlos.

Ahora, y gracias al libro de Ángel, sé lo que son las “Señales” para los que sufren un trastorno mental grave; que para tí o para mi una mariposa blanca es solo eso y no un augurio, que el olor a café solo es que alguien se lo está preparando y no un síntoma de que todo va bien, que no nos envían mensajes desde películas o incluso en una simple botella de aceite, que no podemos cambiar los precios abusivos de los juguetes con la mente para hacerlos más accesibles a los padres… que al otro lado del espejo solo está nuestro reflejo, no un ente que aprende de nuestros gestos para adueñarse de nuestra identidad. También sé lo que son las “Tramas”, las voces que te dan todo un cochón de soluciones para todo tipo de actos absurdos, como pensar que echar gasolina en un coche no es necesario, que es un placebo, y cuando te quedas tirado explicarte que era porque El Universo quería que llegaras a ese lugar; tirarte vestido con tu perro a la piscina para purificar a ambos… o felicitar a tu pareja en redes por haber protagonizado con éxito la película de Wonderwoman, y traerle mil euros en regalos para felicitarle por el logro, que fue lo que le llevó a ésta a ver la gravedad del problema y llamar a un amigo de ambos para llevarlo al hospital… por supuesto Ángel no puso ninguna objeción, olía a café y eso es que todo estaba bien.

Creo que este libro también va de facturas, agradecer a las personas cercanas que estuvieron junto a él en los peores momentos (imperdible ese momento de delirio en que tiene lugar su “muerte” sobre una hamaca, y Eva le sujeta por debajo para que no se caiga, hasta en sus momentos más locos Ángel sabía que podía confiar en su pareja), familia, amigos, sanitarios… sin nombres, porque ellos ya lo saben; también va sobre pedir perdón a los que sufrieron por su causa, o reprochar su mala praxis al primer psicólogo que visitó, entre otros. Pero sobre todo este libro es un ejemplo de valentía, porque decir a los cuatro vientos que estuviste loco, no que padeciste un trastorno mental o que tuviste un momento bajo, LOCO, y te ataron a una cama por no querer soltar un tornillo que, en tu cabeza, podría ser una llave para salir de esa escape room que era tu habitación de hospital, que creías hablar con el universo y la muerte y buscabas mejorar, no este mundo, sino los de todas las distintas dimensiones; exponerte a los haters en redes, a los “amigos” de los medios, confesando que estuviste años escribiendo colocado… Eso tiene mucho mérito. 

Es un relato duro a veces, no puede ser de otro modo si cuentas el proceso que te llevó a la locura, a desconectar con la realidad. Es también un especie de manual de locos para dummies, donde Ángel va enumerando las distintas señales de alarma que te pueden ayudar a reconocer el problema a tiempo, o buscar ayuda, porque lo peor en estos casos es encerrarte en tí mismo y dejarte guiar por lo que te dice el Hombre Gris. También va dirigido a los que tenemos esas voces a buen recaudo, pero quizás conozcamos a alguien que sufra estos problemas y así sepamos cómo apoyarle y qué no decirle. Pero este libro también es una puerta abierta a la esperanza, porque puedes romperte en mil pedazos y convertirte en alguien mejor… Eso sí, con mucho esfuerzo. Así que tanto si ya conoces a Ángel como si no, tanto si alguna vez se te ha ido la pinza como si eres el puto amo de los cuerdos, este libro te puede interesar, porque es una lección de vida, Pos-it. Compra el libro, porque así apoyas mejor al autor, pero también escucha el audiolibro, que te ofrece una mayor experiencia inmersiva. 

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