“Disco honesto, crudo y real, como la puta Vida”
Crítica escrita por Crom
Puede parecer un título un tanto duro ¿verdad? pero es que la vida no es esa versión edulcorada que te vende que los sueños se hacen realidad, o esos dramas con final feliz que viven esas familias acomodadas que nos muestra la sesión de tarde de los domingos en televisión. La vida es una batalla constante, luchar y muchas veces perder, caer y, si eres fuerte, volver a ponerte en pie. Nuestra fuerza es saber elegir las batallas. Si cuando escuchas “Extinción” el mensaje te incomoda, eso es bueno, es que aún eres capaz de escuchar, de sentir, aún no te han lobotomizado y puedes reprochar a la Sociedad que no te mostró el camino a seguir con tiza, sino con profundos surcos en la tierra, y que cada vez te cuesta más salir de ese camino y seguir tu propia senda.
Cenizas del Edén lo han vuelto a conseguir. Después de esa valiente propuesta que fue “Sententia” en el 2016, fusionando su estilo Heavy Metal con sonidos más agresivos, siendo sus letras la voz de la calle y mostrando una realidad incómoda, la banda se reinventa; sin miedo a experimentar con nuevos sonidos, con letras comprometidas si cabe, capaz de bombardear tus tímpanos sin piedad o susurrarte versos que son puro sentimiento, y se consolida como marca pero en constante evolución, una personalidad forjada a fuego en yunque y a golpes de martillo, porque así suenan a veces sus canciones, como un puñetazo en tu cara, para sacarte de tu ensueño y devolverte a la realidad.
Si quieres verme hundido Jódete. Contundente estribillo para esta canción que comienza a un ritmo enloquecido, base rítmica descontrolada y un David Muiño desatado a la voz. En esta canción ya puedes ver el potencial que tiene el nuevo trabajo de los onubenses, que a base de palos en la espalda y cicatrices han ido creciendo musicalmente con cada nuevo disco. Pero no es todo caña, hay interludios y momentos más calmados en muchos cortes, pero si no encajan en su rol eso da igual, no se piensan amoldar, como dicen en Extinción, una de mis temas favoritos, con una batería tremenda, poderosa, a cargo de Joaquín Rodriguez. Es una canción muy bruta, muy energética, me encanta, porque yo también soy de Metal.
Si necesitas mirar cara a cara a la realidad, Arden escupe verdades como puños, y musicalmente te coge de los hombros y te zarandea, despierta! Entenderás el juego a base de golpes de libertad. Buenas guitarras, contundentes riffs y sabrosos punteos. Mira la expectación que se crea al inicio de Prisión Mental, y los mejores riffs le dan vida plena a la canción, y los cambios de ritmo, la alternancia de registros de voz, limpios y guturales… te vas a dejar el puto cuello. ¿Es mi preferida? aún no lo sé, pero es de lo mejor del disco, cada detalle, cada nota musical, creados con mimo y ejecutados de un modo salvaje. Otro furioso riff de guitarra, muy pegadizo, y esa machacona batería, brutal, en un tema con un mensaje lleno de compromiso… como todas, para Nada que perder. Lobotomizado y conectado a la red, la telaraña que no te deja ser, que dirige tu pensamiento y te obliga a obedecer. Hacen falta bandas que cuenten estas cosas, palabras que son una purga contra la hipocresía y la mediocridad, no es la cura pero sí te muestra cuál puede ser la causa de tu enfermedad. Reconvertido en esclavo, adormilado, aletargado, este es el himno de la redención para un pueblo que ha descarrilado.
Cambiamos radicalmente de registro en una canción muy personal, puro sentimiento… poesía; es una canción compuesta de canciones, cada una con su ritmo y vida, ora suave con guitarra acústica, ora con la fuerza que transmiten las seis cuerdas de acero, o a ritmo de rap… pero con el nexo de unión de Un nuevo Edén, renacido de sus cenizas y regado con un tsunami de ideas. Es una canción grande, que no te va a entrar a la primera, y es mejor así, porque descubres algo nuevo con cada escucha. Golpes de realidad es un duro alegato a la indiferencia ante el dolor ajeno, a no tender una mano a tiempo, y lo fácil y triste que es marchar sin dejar una huella en este mundo, Nadie la recuerda, se fue sin volar… Los lamentos van cayendo en sacos rotos, demostrando que los llantos importan poco. Emotiva no es la palabra que define esta canción, pero a veces es difícil poner palabras a los sentimientos, y es de esos temas que se te meten bajo la piel. Se me antoja tan difícil componer algo así, y luego saberlo transmitir… es que no añadiría nada a esta canción, cada nota, cada palabra, ocupa el lugar que debe.
Bueno, hace tiempo, mucho, que un disco no me atrapaba desde la primera escucha, y no es un álbum fácil. Además, me disculpo por aventurarme a escribir esta reseña sin adentrarme por completo en el contenido del álbum, sin sumergirme en él y descubrir todos sus secretos; pero ya con la segunda canción necesitaba plasmar por escrito mis sensaciones, y sabrás disculpar mis omisiones, querido lector constante; te invito a descubrirlo a tu manera, yo solo te abro una puerta y te muestro una vista incompleta de lo mucho que vas a descubrir en este discazo. Solo las letras dan para un libro, tómate tiempo de leerlas, cómprate el CD, si alguno merece que lo hagas es lo nuevo de Cenizas del Edén, y descubre pasajes tan imperdibles como este: Con los nudillos gastados por el dolor, y en la pared grabada a golpes la ansiedad, con mis demonios encadenando el valor, con el veneno esclavo del hielo y del cristal, son como puñales en el pecho que te recuerdan quien eres, y aún así miro de frente a mis temores para alcanzar Mi Redención. Qué buenas líneas de bajo a cargo de Jorge Alonso!. Todo lo bueno termina y este disco lo hace en todo lo alto con Requiem, y yo estoy impaciente por escribir estas últimas líneas, ponerme los cascos y volver a cargar las pilas y disfrutar de cada uno de sus temas, sin la necesidad de analizar y poner por escrito los puntos fuertes que hacen este disco imprescindible; solo espero haberte transmitido en parte lo que vas a encontrar en este nuevo trabajo y conjurarte a que lo busques y lo escuches, no te pido más, la magia de Extinción hará el resto.
Nota: 9,25/10
Cenizas del Edén
David Muiño – Voz/Guitarra
Dani Muiño – Guitarra
Jorge Alonso – Bajo
Joaquin Rodriguez – Batería
Canciones
1. III humo y cenizas 01:35
2. Jódete 05:00
3. Extinción 04:50
4. Arden 04:17
5. Prisión mental 05:57
6. Nada que perder 05:18
7. Un nuevo edén 06:45
8. Golpes de realidad 07:01
9. Mi redención 06:33
10. Réquiem 06:56
Duración total: 54:12